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Feedback gevenAnunciaron su primera cata-maridaje con cuatro tiempos de bebidas, lo cual llama la atención, sobre todo, por el accesible precio, pero sobre todo porque son de los pocos restaurantes de slow food en Pachuca.Nada puntuales en el inicio, pues la cita era a las 7 de la noche e iniciaron pasadas las 8.Tomamos vino rosado, cerveza artesanal hidalguense (hydromiel), un coctel de licor de granada con anís y cerramos con mezcal. A mi gusto, las bebidas eran tan diferentes que no era posible disfrutar alguna en todo su esplendor.En los tiempos de la comida, una ensalada sencilla y el plato fuerte, que se esperaba fuera lo mejor, perdió puntos por los malos tiempos de cocción en e cerdo y el atún que sirvieron. Mientras que el cerdo fue servido sobrecocido, duro y seco, el atún presentaba los más variados tonos desde crudo hasta sobrecocido. El postre fue un molten de chocolate con frutos rojos y helado de yogurt que estaba muy rico.Los meseros dan una atención excepcional y son muy serviles. Están atentos a los clientes. El punto malo, al terminar la cata-maridaje, fue que pedí me sirvieran vino del que catamos y me dijeron que ¡No tenían carta de vinos por el momento!, pedí mezcal del que catamos y me dijeron que ¡No lo tenían en existencia!Es raro que, si promueven su consumo en la cata-maridaje, no tengan las bebidas en cava.Por el resto, un lugar muy agradable pero sí hay que tener cuidado con los términos de cocción y atención a esos detalles cuando te sirvan.