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Feedback gevenConocí el Gualok en tiempos de administración estatal, hace 25 años. Venido a menos por falta de inversiones, su fuerte en aquellos tiempos era la gastronomía, aderezada por números musicales en una suerte de café concert autóctono. Hoy todo ha cambiado, pero el restaurante de Atrium Gualok sigue aquellas viejas tradiciones de buen gusto, trato amable y platos deliciosos. Nos detuvimos con mi familia en un viaje de regreso vacacional, con intenciones de comer algo rápido. Pero la gente del Gualok nos tenía preparada una sorpresa muy grata: wok de carne y verduras, napolitana de pollo, pan de la casa (adictivo) y hasta puré de calabaza para nuestra beba de dos años. Eran las dos de la tarde de un domingo y Pablo, el mozo de turno, nos hizo sentir como en casa en un ámbito de grandes ventanales con vista a la calle principal de Sáenz Peña. Nos quedamos con ganas de volver (y lo haremos).
O restaurante tem muito espaço para melhorar. Fomos jantar em 8 pessoas e nenhum de nós saiu satisfeito (ninguém gostou da comida) com seus pratos.
Serviço fraco e demorado mas a comida é razoável. Muita confusão com a conta, e não permitiram que pagássemos a conta - somente que adicionássemos a conta do hotel.
Disfrutamos con mis compañeros de equipo, de una muy buena gastronomía y atención personalizada. Gran variedad de vinos y platos, muy buena presentación de las mesas. Recomendable para realizar eventos.-
Tuvimos la oportunidad de experimentar una gastronomía exquisita, grandes sabores para nuestro paladar. Muy recomendable la Milanesa De Surubi a la Gualok. El desayuno espectacular.