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Feedback gevenDurante el puente de diciembre, decidimos hospedarnos en este hotel rural y quedamos completamente maravillados con nuestra estancia. Desde el momento en que llegamos, nos sentimos acogidos por la cálida hospitalidad de María, la encantadora anfitriona del lugar. Su amabilidad y disposición para ayudarnos a planificar nuestras actividades diarias fueron un verdadero punto destacado de nuestra experiencia. María no solo nos recibió con una sonrisa amigable, sino que también se mostró increíblemente dedicada a asegurarse de que aprovecháramos al máximo nuestro tiempo en la zona. Nos proporcionó valiosas recomendaciones sobre los lugares de interés locales, senderos naturales y otras actividades, siempre adaptándose a nuestros intereses y preferencias. El desayuno, muy rico. Cada mañana nos sorprendieron con una variedad de opciones. Desde tostadas hechas por ella misma en el momento hasta bizcocho y magdalenas caseras. El desayuno fue una deliciosa manera de empezar el día, y realmente apreciamos el esfuerzo extra para ofrecer algo especial. En resumen, nuestra estancia en este hotel rural fue una muy buena experiencia, y gran parte de ello se debe a la amabilidad y profesionalismo de María. Recomendaríamos este encantador lugar a cualquiera que busque no solo un refugio acogedor en las Arribes del Duero, sino también a alguien que esté dispuesto a hacer de su estancia una experiencia personalizada y memorable. ¡Muy recomendable si vas a esa zona!
Excepcional. Tranquilo y céntrico,ideal para relajarse y descansar. Habitaciones muy confortables y limpias. El trato de María no puede ser mejor, si te dejas aconsejar organiza el día completo con informaciones sobre la zona, incluido Portugal de primera, rutas, miradores, restaurantes... Mi hijo y yo hemos pasado tres días excepcionales.
Casa estupenda, con todo lo necesario, la dueña majísima, muy atenta y pendiente.
Al lado de la plaza del pueblo, habitaciones acondicionadas como dios manda, con sus toallas, secador y un desayuno como debe de ser. Maria es una luchadora como la copa un pino
Fantástica experiencia. Habitaciones limpísimas y muy acogedoras, emplazamiento estupendo justo al lado de la plaza, desayunos buenísimos en un lugar encantador y un trato sencillamente inmejorable. De 10, vamos