La Taberna Sonora - Alicante

La Taberna Sonora es un bar al que puedes ir a comer en un ambiente agradable, de madera, con música fantástica para amantes de la buena música, jazz, blues, y mucho más ... qué decir, si su dueño es un guitarrista, con buen gusto... la comida sencilla, muy buena y bien presentada... de precio GENIAL. Buena selección de vinos a precios fantásticos y de cervezas.... para ir en pareja, con amigos... o a leer... un tesoro de bar... la decoración para amantes de la música... un verdadero museo musical

Tiene una calidad-precio bastante aceptable y un servicio simpático y eficiente. Lástima que la carta sea algo escasa, poco imaginativa y nada sorprendente. En cuanto a la música y decoración, sólo suena jazz y rock roll y sus paredes exhiben carteles de grupos de musicales que uno ha visto hasta la saciedad en miles de garitos que quieren darle un aire rockero. Abstanerse gente que busca nuevas sensaciones o comida algo sofisticada. Un sitio familiar, pero mejorable.

Me ha gustado el sitio, la música el ambiente y sobre todo su pinchó de tortilla. Todo se veía delicioso. El servicio súper amable, se lleno en seguida. Me pareció todo estupendo. Si os gusta la buena música y las buenas tapas os.lo recomiendo.

Lugar pequeño pero entrañable. Buen comer casero y buena variedad de platos. Los vinos también son de probar. Es como estar en casa.... Y los propietarios gente atenta y delicadamente amables....

Eramos 3 fuimos a tapear por la noche, el lugar es super bonito con muy buena música, lo mejor es reservar porque no es muy grande y se llena pronto. De beber tomamos vermut casero, muy rico de sabor y no tan amargo, unas buenas aceitunas, refrescos y una copa de Tarima Hill blanco Chardonnay que estaba buenísimo. Para picar pedimos dos raciones de tortilla, poco cuajada y super sabrosa, nos encantó. Un hummus de remolacha que viene con zanahorías para dipear y unos triángulos de algo tipo tortilla mejicana, el sabor muy fresco y bueno. Luego unas patatas con jamón serrano, huevos y pimientos del padrón (yo no las comí pero la pinta era estupenda). Por terminar unas quesadillas con miel, mozzarella y sobrasada que están de muerte, y otro acompañante tomó un entrepan de ternera, canonigos y más ingredientes que se me escapan ahora, pero tenía un aspecto delicioso. El ambiente es muy chulo y animado, la atención estupenda, el que supongo que es el dueño, muy simpático y atento, nos ha explicado super bien la carta. Gastamos alrededor de 15€ por persona repitiendo bebida algunos, la comida es casera con un toque original y tiene buena carta de vinos y cervezas, nos gustó mucho la música también y seguro que haremos otra visita para probar más cosas.