Mala Vida - Badalona

Éramos un grupo de seis personas y decidimos que lo mejor sería pedir platos para compartir. Todo lo que pedimos fue excelente: croquetas de hongos, tataki de atún, pulpo y carpa de lubina. Todo estuvo delicioso. Los postres también eran riquísimos; recomiendo el pastel de queso con mermelada de fruta roja. El personal fue muy amable, rápido, atento y profesional. En cuanto al lugar, la ubicación es inmejorable, y la cena se disfrutó con el sonido de las olas rompiendo en la playa. La única queja que tengo son las opciones de cerveza. ¿Heineken de barril? ¿En serio? Y Amstel en botella; al menos hay una opción especial, que no está tan mal. Pero creo que podrían mejorar en ese aspecto. Es un lugar al que seguramente volveré. Se recomienda hacer una reserva, ya que es un sitio bastante concurrido.

Calidad-precio razonable para la ubicación junto a la playa y, la verdad, el lugar está bien establecido. El servicio al principio fue bueno, pero el problema es que se fueron desinflando a lo largo del servicio: comienzan atentos y luego desaparecen. Nos dijeron que en 15 minutos cerraban y no teníamos ni postres ni cafés. Entiendo la fatiga del personal, pero si llegaran antes para atendernos y tomar nota de los postres y cafés, podrían haber evitado esa situación.

Lugar súper agradable y buena comida. Nos sorprendió cuando fuimos porque nos dijeron que sólo tenían una mesa a las 15:15 y cuando obtuvimos la mitad del restaurante estaba vacío. Pero nos tocó una buena mesa, junto a la playa, entre la cerca que el mar miraba y las olas eran escuchadas. Pedimos varias cosas para cortar, anchoas, chipirones, calamares a los andaluces, pulpa a la brasa, y todo perfecto. de segundo arroz negro y arroz la "donzella" y eran muy ricos, pero no eran muy calientes. deliciosos postres, tatin y pastel de chocolate.

Restaurante de playa. Hemos venido a celebrar un cumpleaños. Fuimos con un grupo de amigos por la noche y con otro grupo para comer. Hay que admitir que el restaurante se lleva un punto extra por el ambiente. Por la noche, cenamos en un comedor interior junto a la playa, pero con las ventanas abiertas, escuchando el romper de las olas. Para el almuerzo, comimos en lo que llaman el chiringuito. Pedimos comer con los pies en la arena. El día era soleado, pero tienen toda la zona vallada y equipada con tablas, lo que ofrece hermosas vistas de la playa. Si es tu primera vez, te recomiendo ir a comer. Sé que la gente ya lo sabe, ya que el restaurante estaba mucho más lleno durante el día que por la noche. Así es, está al otro lado de la vía del tren, así que si vas en coche, ve con tiempo para buscar estacionamiento. Si no tienes suerte, hay un aparcamiento a 5 minutos a pie. El restaurante no es económico. Tienen pescado del día y el marisco es fresco. Como es lógico, hay platos mejores y peores. La clave es saber qué pedir. Sin duda, la paella, los calamares y el fideuá no fallan. El precio promedio por persona es de unos 50 euros. Sin duda, es un lugar para repetir.

Lugar muy agradable, buen trato y buena comida. Al lado de la playa, el entorno es precioso