Reserveer nu
Feedback
Feedback gevenMal rollo con la camarera,muy malhumorada con cualquier cliente y además cada vez que pedí algún tipo determinado de tapa siempre fue diferente,creo que hasta intentan perder lentes,este no es su trabajo si no te gusta hacerlo.
La camarera maleducada y nos ha hecho pagar antes de traer la comida. A parte, nos presionaba para pedir, se nota que trabaja sin ganas. La comida aceptable.
Las opiniones que leo me extrañan, ese 2,5 sobre 12 opiniones contrasta con el 3,7 de las opiniones de cierto buscador, donde hay 189. Que además todas vayan en un mismo sentido parece que alguién hubiese tenido algún problema y luego pidiese a sus amistades que hicieran un mismo comentario. Raro. Os cuento como me ha ido. He ido saliendo de la acera de enfrente de hacer una analítica en ayunas un domingo por la mañana cuando aún no había abierto el bar de la esquina de un ex-jugador de balonmano del Barça. ¿Motivos para entrar? Aparte del hambre, que nunca me había metido en un bar de orientales. Y mira, se veía limpio, rotulado multilingüe con sus fotos de platos y que el mostrador de tapas cerca de la puerta fuesen latas de una marca aceptable inspiraba unos mínimos de confianza. Probemos. Sin haber usado el lavabo (lo mío ya estaba en un pote de plástico con un código de barras) el conjunto del local se ve limpio y con una decoración que el carbono 14 data sobre mediados de la década de los 2000, bien conservado. Los bocadillos, bikinis, etc propuestos son de sota, caballo y rey, previsibles. Yo soy de esmorzar de forquilla (el brunch del rural catalán) y por la zona me gusta la barra de cierta parada del Ninot con gente que pilota mucho de cocina y tienen bacalao de primera. Aquí hay algunas tapas que son una oda a la grasaza y la plancha dentro de lo previsible. La que me ha llamado la atención del cartel eran los callos (si, el cap-i-pota es mi combustible matinal ocasional) pero se había acabado. En su defecto, una buena sepia con albóndigas podría ser suficiente para labrar a tractor unas hectáreas en esa mañana. No pasarán a la historia, pero están sabrosas, entran bien, y se digieren correctamente. En cuanto al trato que tanto se critica, pues en fin, hemos acabado de charla con la ¿dueña? saliendo del local amigos de toda la vida. Su acompañante quizás parecía más adusto, pero en todo momento correcto y él se ha currado mi plato.
Servicio deficiente. Son maleducados y vociferantes, sin la menor atención. Sirven casi de cualquier manera. La cocina, de calidad media o menos. La relación calidad precio es mala. El aseo, peor que en el de un hospital de guerra. No lo recomiendo a mis amigos ni a nadie.
Restaurante de comida tradicional regentado por una familia china muy agradables. El menú está bien en relación calidad precio. Recomendado si tienes que el al hospital clinic y comer a buen precio.