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Feedback gevenSu comida pintoresca, sorprende gratamente. Es un rincón de Bilbao que merece la pena visitar. El personal lleno de amabilidad, junto con la decoración te hace sentir tan bien que, en el caso nuestro, antes de volver a nuestra ciudad, volvimos a repetir.
Empecemos con la premisa de que nunca, bajo ningún concepto, hay que subestimar el poder de un bocadillo. Mi infancia retardada, esa que me duró hasta casi los 18, ha estado marcada por las meriendas de queso, chorizo, chocolate, jamón o paté entre pan y pan y mi adolescencia, que aún se manifiesta de vez en cuando en forma de un nada oportuno acné, ha estado muy ligada a esas lujosas cenas bocateras con mis amigos. El clásico lomo-queso-pimientos, aderezado por una no menos típica botella de sagardo han sido nuestro sustento alimenticio durante muchos sábados y algún que otro viernes. Hace unos años, cuando empezamos a salir de la villa y ampliar fronteras hacia las capitales vascas, descubrimos La Taberna de los Mundos en Bilbao y en seguida tomamos posesión de una mesa (que se convertiría en nuestra mesa habitual a partir de entonces, al más puro estilo Cómo Conocí a Vuestra Madre). Alucinamos bastante con la combinación de los ingredientes de los bocatas, algo que hasta ahora había sido de lo más prosaica. También nos sorprendió la manera de pedirlos y recogerlos. Anda que no nos dio juego el cacharro ese que te entregan, ese que vibra y hace luz cuando tu pedido está listo. Resumiendo, que desde esa primera vez volvimos repetidamente. Ahora que por cuestiones de la vida vuelvo a frecuentar Bilbao asiduamente después de dos o tres años desaparecida del mapa botxero, me entraron ganas de ir. Era domingo, era tarde y no había ni Dios. Afortunadamente, aún hacía lo suficientemente bueno para disfrutar de un agradable clima en la terraza de Simón Bolivar y de dos cervezas fresquitas en la misma. Pedimos dos bocadillos que nos supieron a gloria bendita. Uno de chapata relleno de crema de queso de cabra fundido, con tomate rebozado, paletilla ibérica y douxelle de champiñones y pimiento verde para mí. Mi amigo David optó por la tortilla de setas, jamón y roquefort. Superiores ambos dos. El postre lo tomamos en su casa, en forma de gintonic. La Taberna de los Mundos también tiene en su oferta una carta de raciones entre las que destaco los nachos, y un menú del día que nunca he probado. Y vosotros, cuál es el mejor bocadillo que habéis probado, y dónde? Pronto tengo que hacer una lista de los más mejores del mundo mundial. [hidden link]
Fuimos a comer y la comida normalita, sin más. La comida en general bien, la decepción fueron los postres que eran de supermercado,
Cuando pasó por este bar me tomo un pincho con un cortado
Yo quería tortilla, pero solo había con cebolla u otros ingredientes una pena)