Juventus - Can Macia

RESPUESTA A LA RESPUESTA DE LA PROPIEDAD: Ojalá la rapidez que tuviste al responder, la hubieras tenido al atenderme. Con todo mi respeto, mientes. Cuando me cambié de mesa y nos cruzamos en la puerta, fue allí donde me ofreciste el bocadillo, uno de salchichas, y yo te dije que no, te pedí uno de tortilla. En ningún momento te dije que te pediría, ¡primera MENTIRA! En mi mesa, tanto en la primera del interior como en la segunda, en la terraza, no has venido en ningún momento. Según tú, varias veces, ¡segunda MENTIRA! Y hay testigos, lógicamente, los tres compañeros de mesa que tenía. Ah, y dices que también fuiste a las de afuera, ¡tercera MENTIRA! En el exterior, solo estaba ocupada una mesa, la nuestra. Cuando te pedí el bocadillo, repito, al cruzarnos en la puerta, es lógico que nadie del bar lo oyera, y lógicamente, ni mis compañeros de mesa, ya sabes la distancia que había. Te acepto tus irónicas disculpas. Lo peor para un buen profesional de la hostelería es que un cliente se marche sin ser atendido. Y no te preocupes, desde el momento en que me fui de tu bar, tenía claro que, conmigo, NO TENDRÁS QUE USAR NUNCA el reservado derecho de admisión, y así lo hice saber a mis compañeros de mesa.

Pongo 1 estrella porque no puedo poner 0. Fuimos a tomar algo a las 20:30 un viernes y, antes de las 21:00, nos echaron, tal cual, ni siquiera nos dejaron acabar la consumición. Nos repitieron más de 4 veces que cerraban, pero lo peor fue la falta de educación de un señor mayor, que imagino es el dueño. Mi marido fue al baño un segundo y le quitó hasta la silla. Me parece vergonzoso y de muy mala educación. Evidentemente, si van a cerrar, no nos vamos a quedar a molestar hasta tarde... pero al menos deberían dejarnos acabar la consumición que hemos pagado. Si al llegar nos hubieran dicho que no servían porque era tarde y que cerraban, nos hubiéramos ido a otro sitio.

"Hoy he descubierto un lugar excelente para desayunar. Tienen un buen jamón, un vino aceptable, mucha amabilidad y, sobre todo, un precio muy económico. ¡Definitivamente volveré!"

Bar escondido entre las callejuelas de Les Roquetes, dirigido por el dueño Alfonso. Además de la barra y las mesas en el interior, cuenta con una terraza exterior sobre una tarima de madera donde siempre corre un airecito refrescante en verano. Los bocadillos son excelentes y el ambiente es muy agradable. Los almuerzos son muy recomendables, y por la noche el tapeo es excelente.

Son amables con sus clientes y bastante accesibles.