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Feedback gevenCalderón reune un ambiente lindo y acogedor, con una comida deliciosa y un extensa lista de vinos.Al llegar ponen en la mesa un delicioso y caliente pan recién horneado con un aceite con encurtido de cubios único.El postre rico, fresco y suave, la mejor manera de terminar un buen almuerzo.Definitivamente es un restaurante que vale la pena conocer y volver.
Vi reseñas de este restaurante y lo tenía en mis pendientes hace ratos. Cumplió mis expectativas. Tienen una carta de vino bastante buena, con un raro sistema de precios pero que funciona bien. La comida es bien lograda y sin mayores pretensiones. Empezamos con una deliciosa burrata combinada con el dulzor de una ahuyama picada en cuadritos. Pasamos por el arroz de conejo que me gustó pero su condimentación fue demasiado para mí. La costilla de cerdo estaba super tierna y la acompañé con un puré de peto bastante bueno. Terminamos con unas albóndigas con todo el espíritu casero. Toca ir!
Fue un restaurante que no se como encontré pero salé de ahí como bien se dice: "con la barriga llena y el corazón contento".Me encanto la experiencia
Estuve con tres amigas a celebrar cumpleaños de tres de nosotras. Como cuidamos la línea, pedimos 4 entradas. El cocombro una delicia y porción razonable, la burrata muy rica, pero a eso no hay que hacerle nada, el risoto que es hecho de cebada era una porción diminuta para el precio (la cebada es baratísima) y la remolacha con queso de cabra y almendras había que buscar, según ellos, debajo de las infinitesimales tajadas de almendras para encontrar el queso. Ninguna de nosotras lo vió ni lo sintió. Odio hacer esas cosas pero reclamé y ni trajeron un poquito más, ni nos cambiaron el plato, ni lo descontaron. Se limitaron a decir que el queso estaba debajo de las almendras!!Ah! olvidaba decir que cobrar por un lado el vino y por otro el descorche a 45.000 pesos por botella. Cobrar así es de bastante mal gusto.En una ciudad como Bogotá que en cada esquina encuentras un restaurante magnífico, hay que realmente satisfacer al cliente y la avaricia no es propiamente la mejor idea.
Un ambiente muy agradable, buen servicio, la comida deliciosa y con varias opciones. Una carta de vinos bien pensada.