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Feedback gevenUbicado en las afueras de la ciudad, este restaurante cuenta con un salón interior, terraza y amplio estacionamiento. No tiene un menú tradicional, sino que muestra los platos disponibles en pizarras sin indicar los precios, lo cual es un detalle poco aceptable ya que uno come a la aventura. Optamos por tres platos del día: dos de paella de mariscos y uno de garbanzos a la marinera. También pedimos dos medias raciones de pulpo al limón y gallo frito, y una tapa de salmorejo cordobés. La cuenta final fue de 42 € para tres personas, incluyendo un tanque de cerveza y dos refrescos. Al pagar, nos enteramos de los precios: 5,50 € los platos del día, 8 € las medias raciones y 2,20 € la tapa. En general, la comida estaba muy buena, aunque los garbanzos estaban un poco duros. Casi le daría la máxima puntuación, pero considero que es necesario que indiquen los precios de los platos, algo obligatorio. En cuanto a la comida, excelente.
Es una venta situada en un polígono industrial bastante transitado. No hemos comido pero la carta tenía buena pinta, y los desayunos son geniales. Su bocadillo africano está buenísimo.
Un sitio delicioso y encantador. Cocina de calidad y el servicio mejor lo recomendaría. Todo fresco y sobre todo atún rojo
He visitado este restaurante solo para desayunar y lo recomiendo totalmente, especialmente las rebanadas con zurrapa de manteca colorá.
La venta está situada en un cruce con mucho tráfico, fácil de llegar en coche. Tienen una exquisita manteca con zurrapa que te recomiendo probar. Es muy conocida en la Línea de la Concepción por su larga trayectoria. Puedes elegir entre quedarte en la barra, el acogedor salón interior con chimenea o la terraza exterior. Tiene buen acceso para sillas de ruedas. El salón interior es pequeño pero muy acogedor y rústico, perfecto si buscas ese estilo. La barra es un poco corta pero siempre está despejada. La terraza es más amplia y cubierta, también suele estar despejada. Te sirven rápidamente, al menos en el desayuno.