Mian - Madrid

La idea de probar diferentes platos fuera de lo común y caminar por la calle parecía una oportunidad. La entrada al local profusamente decorado con telas brillantes y coloridas me sacó de mi ambiente habitual. La carta me sorprendió porque los ingredientes eran conocidos para mí. El camarero aconsejó de manera perfecta. Con las bebidas nos trajeron algunas aceitunas de entrante, pepinos y tomate natural. Los platos llegaron pronto. La arays (una pizza sin tomate, delgada con doble capa de masa súper fina y llena de sabores picantes) y el tawouk (dos pinchos de tawouk marinados con sal y pimientos, acompañados de un arroz largo ligero) me sorprendieron gratamente en el paladar. El tiempo desde la entrada hasta el plato principal socavó esa experiencia agradable, así que decidimos llevarnos las sobras a casa y continuar disfrutando. Le pedimos al camarero que nos lo pusiera en bandejas de aluminio para llevarlas, junto con un pan fino para introducir en cualquier ingrediente. No pensé que fuera muy correcto. Al día siguiente, en el desayuno, estaba lleno de chocolate. Delicioso. El personal fue amable y siempre atento. Hay que tener en cuenta el precio de las bebidas, ya que aumenta el total de la cuenta.

Fue una gran experiencia en este lugar. Al entrar, hay mesas bajas donde la gente disfruta de bebidas y fuma shisha. En la parte de atrás estaba el área del restaurante, con una variedad suficiente de platos para probar. Pedimos kafta y un tajine, todo estaba delicioso, se notaba que era comida casera y te transportaba a otro lugar, aunque había demasiadas papas fritas, el pan y la comida tenían muy buen sabor. Después pedimos un té y una gran postre, muy rico y digestivo. La única cosa que no me gustó mucho fue la música, que era un tipo de copla que no encajaba muy bien con el sitio. Pero quitando eso, definitivamente repetiría en este lugar y volvería a disfrutar de esa deliciosa comida.

El personal muy amable, la comida es buena. El único palo tal vez es que da una sensación de muebles muy viejos, y muy descuidado.

Delicioso desde el primer plato hasta el postre.