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Feedback gevenFui con unas amigas a comer al Pabellon M, dentro del cual se encuentra CATA COBRE, al principio es un desorden, porque el personal se encuentra a la entrada del restaurante casi obliga a los futuros comensales a ver el menú que ofrecen.Pasando por alto este detalle, nos animamos a entrar. Todo iba bien al principio,al centro la carne asada, coliflor asada y queso en salsa, lo que me encanto fue el queso en salsa, a la carne a mi gusto le falto sazón, he comido mejores.Servicio: pésimoNos gusta que en un restaurante, los meseros estén al pendiente de lo que se le pueda ofrecer al comensal, no que estén sobre de ellos, no es posible que el mesero este preguntando si ya puede retirar los platos cuando aún no se terminan los platillos centrales, casi te tienes que pelear con el mesero para que no se lleve tu plato.Es como si ya te quisieran correr del restaurante, que comas rápido y te vayas, aunque ni siquiera estaba lleno.Limpieza: AdecuadaBaños: Hombres y mujeres los baños están contiguos y comparten un solo lavamanos, donde me toco ver que un señor se estaba lavando los dientes. Costo: ELEVADO para el servicio y calidad que se ofrece.DEFINITIVAMENTE NO VUELVO A CATA COBRE.
Pues fuimos a Pabellón M a ver una obra y pues las diferentes opciones de restaurantes te atraen al llegar y salir. Escogimos esta pero la verdad dejo mucho que desear. La idea era tomar una bebida y acompañarla con algo de botana. EL servicio estuvo regular, la mesera que nos atendió no estaba muy enterada de los platillos, pedía apoyo a otros compañeros. Los platillos muy austeros en cuanto a cantidad y sin gran chiste en presentación y sabor. El ambiente esta bien pero no se antoja regresar. No puedo decir que me la pase mal pero esperaba mucho más.
Al principio estaba un poco escéptico del lugar, ya que tiene una ambientación un poco de cantina-bar. Me ofrecieron el menú ejecutivo que tienen de promoción de 13:00 a 17:00 que incluye una sopa, plato fuerte y bebida. Accedimos y nos ofrecieron un plato con totopos (muy frescos y crujientes) dos salsas (verde y roja) y cuatro tipos de sales: de mar, de setas, de tajín y de chapulín. Todas muy ricas y fuera de la rutina. De plato fuerte ofrecen dos opciones, carne o ensalada; en esta oportunidad probamos los dos platillos. La carne dicen que es arrachera, pero lo que me ofrecieron era un rib-eye, muy rico y jugoso. La porción de arroz que lo acompañaba estaba muy bien. La ensalada era de kale con betabel y arrachera, con una vinagreta de peso que también estaba muy rica y muy llenadora. De tomar pedimos limonada natural. Estuvo muy bien, cumpliendo con el nivel de toda la comida; así también fue la atención por parte del mesero.Recomendable ampliamente para aquellos que disfruten poder platicar y comer a gusto.De los restaurantes del Pabellón M, ha sido muy grata sorpresa.
Pareciera que hubiésemos elegido un buen lugar para cenar... el entorno prometía, éramos 15 personas que "teníamos" que quedar bien con el jefe... empezando con sillas incómodas, pero el menú muy escaso, finalmente los cortes mal presentados, duros... mal y para cerrar..., aún no podemos recuperar la factura, no está el que las hace, no contestan el teléfono y finalmente el teléfono no FUNCIONA, pésimo!
Comida en domingo, pedi al Capitan me describiera las short ribs que ofrecen, lo hizo amablemente y me sugirió ordenarlas porque se tardaban, y le dije, mas tarde, pues íbamos llegando. Oh, sorpresa, me las trajo, cuando mi pareja aun no pedia su platillo, le pedi me las guardara en el calor mientras salía el salmon de ella y cuando trajo los 2 platillos, obvio, mis costillas frias, resecas y duras. las acepte pero le hice la observación, pues el lugar es bueno y agradable.