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Feedback gevenEste local llevaba cerrado muchísimo tiempo y de nuevo abre sus puertas, esperamos que con dedicación y paciencia todo vaya bien. Mi visita fue para tomar un desayuno, pedimos cafés con leche y solo, por esta parte bien, después nos pedimos tostada con mantequilla y york, y jamón con tomate...el york cortado a mano gordito, me gusta, y el jamón Serrano igual, quizás me gustase más finito pero bien, la única pega es el tomate pues parecía tomate natural de lata...y no rayado del de toda la vida...lo tradicional siempre mejor. Chicos tomate rayado y el jamón un poco más fino....vamoss que podéis mejorar!!!
Lo recomiendo a todos, dejaré unas fotos de las tapas. En Motril, esa cantidad calidad diseño, nunca lo encontré. además, económico, por cada consumición, una tapa.
Decidimos comer de menú, que acierto!! Mientras esperábamos el plato, q no tardó, pedimos una tapita, pues traiamos hambre. Nos ofrecieron paté casero, y tuvieron el detalle de tostar ligeramente el pan del día... La cosa empezaba bien. Cocinan con gusto, y con un toque de sorpresa en sus platos. El revuelto venía presentado sobre crujiente de hojaldre horneado, la ensalada con aguacate y huevo, las guarniciones de patata, con patata frita natural, cortada a cuchillo, nada de congeladas, y salsas caseras, de alioli con mi pescado, o de pimienta con la carne de mi marido. Como fuimos después de festivo, no pudieron ofrecernos más que unas torrijas como postre casero. Optamos por piña, pues estábamos hasta arriba. Por poner una pega, quizá el baño, aunque muy limpio y en buen estado, lo vi algo sencillo de más. El aspecto es de un típico bar de pueblo, chiquitin, pero curioso y limpio. Por último, comentar sobre el servicio que fue rápido a la hora de sacar los platos, aunque habían poquitos clientes. Parece q los dueños hayan cogido el establecimiento hace poquito. nos atendió un chico muy amable, que demostraba saber muy bien lo q estaba haciendo. El precio genial, con dos bebidas cada uno, café y postre, no llegamos a los 11€ x cabeza. Por supuesto volveremos, y lo recomendaremos.
Decidimos comer de menú, que acierto!! Mientras esperábamos el plato, q no tardó, pedimos una tapita, pues traiamos hambre. Nos ofrecieron paté casero, y tuvieron el detalle de tostar ligeramente el pan del día... La cosa empezaba bien. Cocinan con gusto, y con un toque de sorpresa en sus platos. El revuelto venía presentado sobre crujiente de hojaldre horneado, la ensalada con aguacate y huevo, las guarniciones de patata, con patata frita natural, cortada a cuchillo, nada de congeladas, y salsas caseras, de alioli con mi pescado, o de pimienta con la carne de mi marido. Como fuimos después de festivo, no pudieron ofrecernos más que unas torrijas como postre casero. Optamos por piña, pues estábamos hasta arriba. Por poner una pega, quizá el baño, aunque muy limpio y en buen estado, lo vi algo sencillo de más. El aspecto es de un típico bar de pueblo, chiquitin, pero curioso y limpio. Por último, comentar sobre el servicio que fue rápido a la hora de sacar los platos, aunque habían poquitos clientes. Parece q los dueños hayan cogido el establecimiento hace poquito. nos atendió un chico muy amable, que demostraba saber muy bien lo q estaba haciendo. El precio genial, con dos bebidas cada uno, café y postre, no llegamos a los 11€ x cabeza. Por supuesto volveremos, y lo recomendaremos.
Caímos allí casi por casualidad, paramos a tomarnos una cerveza y nos pusieron de tapa unos caracoles (que estaban de muerte luego pedimos una segunda ronda y nos pusieron un paté de la casa de tapa con una salsa casera riquísima, nunca había probado una salsa igual (las tapas eran gratis! Al ver que estaba todo tan rico y servían muy rápido, nos animamos a pedir la carta y pedimos un pollo relleno y unas planchitas (a modo de picoteo y os tengo que decir que las dos cosas estaban sabrosísimas. Recomendado totalmente!