Reserveer nu
Feedback
Feedback gevenRestaurant that I have known for years, because it has a privileged location next to the sea and with views of the sunset. When I arrived I already saw the change that I had experienced, in a more luxurious plan and not how overbearing it was. We were going with the idea of having dinner but when we saw such crazy prices, we took some starters and left. The service is very good, the place is nice, but you can't charge 37 euros for a small portion of cockles. As long as they keep those prices they won't see me again. Service: Dine in Meal type: Dinner Price per person: €30–40 Food: 3 Service: 3 Atmosphere: 4
Restaurante en una bonita localización con buenas vistas al mar. Muy buena atención y excelente materia prima. Muy buena selección de vinos de varias denominaciones de origen a precios razonables. El resumen de la comida sería atención y producto de 5 estrellas, elaboración de 4 estrellas y precio de 3 estrellas. Te reciben con una copa de vino, eliges el vino bien asesorado y te traen la carta para pedir la comida. En ese momento te das cuenta de que algunos precios son aún mas altos que la calidad de los productos. La vajilla de Vista Alegre, Portugal, muy bonita. Las sillas, para mí, son algo menos cómodas de lo deseable. Íbamos a pedir un bogavante frito, uno de los platos estrella de la casa y dos raciones de mero. Le pregunté al camarero si podía ser una ración compartida y nos dijo que si que la servía en dos trozos en dos platos y así probábamos el mero y 200 gramos de camarones. Descartamos los percebes porque tenían una pinta tan impresionante como su precio, 360 euros el kg. El bogavante muy rico, los camarones recién cocidos pero nada excepcional y el mero, en mi opinión, de muy buena calidad pero demasiado hecho. El acompañamiento del bogavante eran patatas fritas, en nuestro caso sin huevo, y con el mero un poco de lechuga fuerte con cebolla y patata cocida. Con una botella de agua y una botella de un buen Godello El Aeronauta, recomendado, aunque hubiese disfrutado más mi primera opción Louro, nos cobraron 245,20 euros. Indicar que nos cobraron dos raciones de mero, 69 euros en total, por dos trozos de mero que no creo que pasaran de los 200 gramos cada uno, y que al preguntarle por ese detalle al camarero responsable de la comanda, se limitó a decirnos que nos había puesto dos raciones, que nos había entendido mal. Esa cantidad de comida por ese precio, aún con esa atención y en ese bonito lugar, me parece exagerado ya que puedes comer por menos dinero en muchos restaurantes con estrella Michelin de Galicia y en muchos restaurantes buenos de Vigo, Baiona o A Garda. Lo recomiendo para un día que tengas un capricho, si no te importa el precio a pagar o si miras bien lo que pides. Si algún día vuelvo, mejor nos tomamos dos botellas de vino de su buena bodega y procurar hacer una mejor selección de la comida, por ejemplo: empanada, navajas, etc, y así disfrutaremos del lugar y servicio tanto como hoy, pero a un precio más razonable.
El buen recibimiento y que al ver que iba a comer solo, me ofrecieran medias raciones para probar más cosas, ya me indicaba que había acertado con el sitio, luego ya lo que vino después fue a mejor si cabe, incluido el detalle de que la ensalada que acompañaba la lubina fuera de la huerta, podria comerme una fuente entera de esa ensalada y tomate. Espectacular el producto, espectacular el trato y espectacular el sitio. Todo de 10 Volveré
Un lugar espectacular, encima del mar, con un producto increíblemente fresco incluso para Galicia. La almeja fina cruda es casi de otro mundo.
Dejo 5 estrellas porque no puedo dejar 10. Fuimos a cenar y llegamos un poco antes de la puesta de sol, que es obligatoria. La comida buenísima. El ambiente de diez, tranquilo y relajado, sin música, para poder cenar y disfrutar. El trato inmejorable, buenas recomendaciones, amabílisimos y discretos. Si estás haciendo el camino, te recomiendo que te guardes unos euros para poder darte el homenaje que te mereces en este sitio tan especial. Espero que les vaya muy bien, porque ponen mucho cariño en todo.