Gyros Bar Restaurante - Palencia

La verdad es que teníamos una reserva en el AJO DE SOPAS y estábamos muy emocionados por las excelentes críticas que habíamos escuchado sobre él. Sin embargo, no nos dijeron que la cocina abría a las 14 horas, lo que nos dificultaba tomar el tren a las 15:30. Por lo tanto, tuvimos que cancelar la reserva y buscar otro restaurante cerca del hotel y la estación de tren. Encontramos el GYROS, del cual no teníamos ninguna indicación. Al principio fue un poco confuso ya que el camarero parecía no conocer el menú del día ni las características de los platos. Sin embargo, al final comimos muy bien, aunque éramos los únicos clientes entre las 13:30 y las 15 horas. Pedimos Lacón con grelos, Morcilla palentina, Zamburiñas, Calamares a la plancha y sopa de ajo para dos personas. En general, todo estaba muy bueno, excepto los calamares que estaban un poco blandos. Destacaría la morcilla, el lacón y las zamburiñas. La morcilla iba acompañada de verduras en tempura. El vino CARMELO RODERO de la D. O. Ribera de Duero estaba muy bueno. El servicio era un poco extraño, ya que el camarero tenía muchas ganas, pero parecía no enterarse bien. En resumen, comimos muy bien por 69 euros, un poco caro, pero tomamos 5 platos y una botella de buen vino.

Hacía mucho tiempo que no comía tan mal. El restaurante es el rey de la comida frita y el servicio ni siquiera vale la pena mencionarlo. El pan estaba congelado, las papas fritas también, y la plancha de la cocina estaba sucia.

Parece que se reinventan cada día, cosas nuevas, a cual mejores, un placer siempre. Atención de diez

Buena comida. Buen ambiente y un servicio excelente. ¿Qué más se puede pedir a un restaurante? Volveré.

Va ganando en calidad con el tiempo, presenta mejor los platos, tiene más variedad y trabaja tanto la grasa como la comida griega de una forma maravillosa. El personal y el servicio son de primera