La Perdiu D'argent - Ribera d'Urgellet

Al llegar, la primera sorpresa: un enorme pero hermoso comedor con una exquisita decoración. Lo mejor, el techo completamente abovedado en el centro y suelos de madera. Las mesas están muy bien vestidas, y la limpieza es inmaculada. Nos atendió Dolores, una mujer encantadora. La comida es de alta cocina, pero sin florituras innecesarias: tradicional y de excelente calidad. La escudella, exquisita y reconfortante; los raviolis de boletus, delicados; los canelones, en su punto; y las costillas, tiernísimas, acompañadas de verduras en tempura, que eran un verdadero placer. Las guarniciones destacaron, acompañadas de unas galletas que repetimos. Y una jarra de chocolate que estaba de otro mundo. Todo esto en un ambiente de música suave, sin un solo ruido añadido, y con ventanas 2x2 que ofrecen vistas a un paisaje otoñal totalmente relajante. Una experiencia para todos los sentidos a un precio más que razonable. Fuimos cuatro personas y salimos a 30 euros por comensal.

Platos completos, muy buenos y caseros, con excelentes vistas y un servicio excepcional. El restaurante cuenta con un gran salón y todas las medidas de seguridad respecto al COVID-19 son cumplidas. Hemos disfrutado de una comida maravillosa, con tranquilidad y seguridad. La relación calidad-precio es correcta, aunque el precio del agua de 1,5 litros a 3,50€ nos ha parecido algo excesivo.

Muy buen restaurante, viendo el exterior nunca dirías lo hermoso que es en el interior alto, no es que en el exterior es feo, simplemente no lo mires. la comida es de calidad, todo muy bueno las croquetas de jamón son caseras, el trato muy agradable, el precio es en su medida, no es excesivamente caro. Te recomiendo probar si estás cerca de la zona, vale la pena. Todo lo que hemos intentado fue delicioso.

Excelente lugar para comer con magníficas vistas del valle. Además, el sitio está muy bien decorado y la atención de los propietarios fue exquisita, con un trato muy amable y familiar. Tienen una terraza que es de lo mejor en la que he estado. Sin duda, repetiremos.

Buenísima atención buena comida y un gran salón con vistas espectaculares y volvería sin duda si no fuese por el precio. No me gustó el acceso, que es malísimo para subir con moto y el precio me resulto elevado 30 euros persona compartiendo un entrante y el postre cada 2, un plato para cada uno y cafés por 32 euros persona. Sin pedir vino al ir conduciendo.