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Feedback gevenNot a good recommendation and do not confuse this with the other Italian, which is very good. This restaurant had no menu, and you had to try and remember the various dishes that the waitress gave out from memory. They had few drinks and everybody was waiting with nothing on the table.
Nunca me cansé de comer allí, desde el dasayuno hasta la comida, muy rica y aseado lugar, me encantó la calidez de sus dueños, siempre atentos y cordiales.
Sin dudas el mejor sitio para comer en San Agustín. Buena comida, amplía carta, restaurante muy agradable y la atención estupenda.
Sobre este restaurante pequeñito, en plena plaza de San Agustín, de una pareja de cocineros (el italiano Francesco y la colombiana Dolly), hay mucho que contar.Los desayunos son al estilo colombiano, lo cual quiere decir abundantísimoS y a base de jugo natural (de la finca del papá de Dolly), ensalada de frutas del tiempo, huevos pericos, y café o chocolate local (¡estupendo!).La comida y la cena tiene siempre el toque italiano, pero ITALIANO con mayúsculas. Hay que tener en cuenta que Francesco ha sido chef de muy importantes restaurantes en Italia (solo diré dos palabras: Cipriani, Venecia). Sea como sea, Francesco y Dolly preparan los platos que les vienen en gana (dependiendo de la materia prima del día), siempre estupendos, y siempre en la órbita italiana.Mención especial al tiramisú. Resulta que como en San Agustín no hay mascarpone, Francesco produce el suyo propio. El resultado es un tiramisú antológico.Parecería que un resturant italiano en San Agustín debería orientarse al público extranjero, pero no. Allá, a las 5 de la tarde, acude una “parroquia” de colombianos absolutamente arrebatadora. Hay que interaccionar con ellos.Un poco más tarde, sobre las 6 de la tarde, llega el papá de de Dolly con una pizza enorme, que se vende a porciones. No hay que perdérsela.También es remarcable las aromáticas (infusiones de frutas frescas y semillas) que prepara Dolly.En fin, no se lo piensen más y coman en LA ESQUINA ITALIANA.
It was okay. I had pasta. I noticed someone at another table had a crepe and it looked much better. The pasta, however, was mediocre, the meat in the sauce didn't inspire me with confidence, and I thought it wasn't really worth the money.