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Feedback gevenVine a cenar con mis compañeros de trabajo. El lugar no es muy atractivo estéticamente... Es un local antiguo, con baños regulares y mantelería de papel... Pero el servicio fue bueno. Pedimos: Jamón (todo el jamón me parece bueno en todas sus variedades. El corte era un poco irregular, pero eso significa que es jamón "al corte". Melva con tomate Croquetas (deliciosas) Gambas (insípidas) Solomillo al whisky (espectacular. Volvería a pedirlo). El lugar no me atrajo, pero definitivamente vale la pena probar el solomillo al whisky.
La Reja, un restaurante familiar con más de 50 años de tradición. Si quieres probar la auténtica gastronomía sevillana, no dudes en visitar este restaurante tradicional. Ofrece auténticas tapas y platos, todos de una calidad inmejorable y con una excelente relación calidad-precio. El jamón es el mejor que he probado, al igual que el resto de productos de charcutería, como el queso, la caña de lomo y el chorizo. Hay una gran variedad de comida, recomiendo probar los platos del día, así como el cordero y el cochinillo de los sábados. Además, los dueños siempre están presentes en el restaurante, atentos a las necesidades de los clientes y con un trato excepcional. Para terminar, los postres caseros son para chuparse los dedos. Sin duda, vale la pena hacer una parada en este restaurante sevillano.
No estamos acostumbrado a ese trato. Parece que no están a gusto trabajando y lo pagan con el cliente. Igual el personal tenía un mal día, pero ni por eso.. Hacía años que no iba, pero pueda asegurar que fue la última.
Lo conozco desde hace 30 años y siempre me ha gustado pero, hoy he pedido por primera vez arroz marinero y me ha vuelto a sorprender sorprendersorprender sorprender,lloproductos ibéricos magníficos
Martes Santo y por tanto visita obligada al Cerro para ver la cofradía. El bar hasta la bola. Comimos muy bien a pesar de la cantidad de personas que había y tener que pagar al ser servido (se entiende porque de no ser así allí no paga nadie). Gambas y caña de lomo muy buenas; croquetas, lagrimitas de pollo y chocos buenos y la carne nos supo a poco. Volveremos Dios mediante el año que viene