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Feedback gevenEn un cafetín maravilloso, con casi un siglo a sus espaldas, ambiente retro auténtico sin aderezos, auténtico!
Lugar encantador, con sabor a antiguo, el servicio es excelente
Café situado frente a la catedral de Valladolid. Un lugar con solera y cierto aire bohemio. Donde poder tomar un buen café o una cerveza con aceitunas. (estas últimas cortesía de la casa) Nada que destacar en la atecion al público. Conocido también con los nombres del Cafetín o el Diamante. Su nombre del Largo Adiós parece ser que proviene de uno de las obras del escritor de novela negra Raymond Chandler. Destaca la decoración de sus paredes con fotografías en blanco y negro. Su antigua máquina registradora del 1921 encima de la pequeña barra y el resto de mobiliario en el que parece haberse detenido el tiempo. Dispone de una terraza en la que es difícil encontrar mesa con el buen tiempo. En el año 1981 ocurrió un hecho en este café que conmocionó a la opinión pública española.
Es un bar con muy ambiente muy chulo, tiene un toque antiguo y la gente muy guay, para repetir.
Personal excelente, buen servicio un lugar maravilloso para ir con tus colegas a tomar copas por la noche. Los camareros majisimos