La Trucha - Villarluengo

Las camas comodísimas, y las habitaciones limpias. La chica de recepción un encanto y las chicas del restaurante también. Nosotros cenamos y desayunamos. La cena muy rica pero el desayuno nos ha decepcionado muchísimo: zumo de naranja de bote, tortilla de patata acuosa (no sé si porque era congelada), el pan de molde en lugar de pan normal y la bollería bastante justita. Estaría bien para otra categoría de hotel, pero no es lo que te esperas en un 4*. Por eso no pongo 5* en mi puntuación.

Hemos estado en este hostal durante 2 noches. Las habitaciones son adecuadas y limpias, pero considero que 110 euros por noche (para tres personas) es demasiado caro para habitaciones tan pequeñas. El bar es atendido por el personal de recepción, lo que me parece un poco cutre ya que el bar debería tener sus propios empleados. Tardan mucho en atender porque están ocupados con las reservas y el manejo de las habitaciones. Las dos noches que cenamos en el restaurante fueron un desastre. El primer día olvidaron mi pedido y me lo sirvieron crudo y mal cocinado, además el postre (frutas) estaba negro y no era comestible en absoluto. El segundo día tuvimos que esperar mucho tiempo por el postre solo para que nos dijeran que no quedaba. La comida era muy cara para un menú tan básico y la calidad de la comida era escasa. Al menos los camareros eran amables.

Un hotel en un sitio espectacular, muy buenas instalaciones. Personal muy amable, sobre todo el personal de recepción y la señora de la limpieza, hacen todo lo posible por hacerte la estancia tan espectacular como el paisaje que les rodea. Gracias

El estar fuera de cualquier casco urbano tiene la ventaja de la paz y tranquilidad pero el gran inconveniente de que te limita las opciones de paseo o tomar algo fuera del hotel. Por lo demás, muy bien todo.

Un magnífico hotel hostal en una paz magnífica. El personal de recepción es encantador. Disfrutamos de nuestra estancia, ya que éramos las dos parejas solas en el hotel. Una estancia preciosa, el hotel parece mucho mejor en persona que en las fotos. Las habitaciones no son muy grandes, pero son muy acogedoras y bastante limpias. La ducha es una maravilla. Cenamos en el restaurante del hotel y el chef es increíble en la cocina, el camarero, un chico joven, es muy simpático, agradable y atento en todo momento. Probamos la paella, el ceviche, la ensalada, pescado y un buen entrecot, todo exquisito. Descansamos muy bien, con el ventilador se duerme de maravilla. Al despertar, al abrir la ventana...