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Feedback gevenDía festivo por la tarde y una atención estupenda. Sidra con un pegue poco visto hoy en día y unos fritos de pixín y un bonito buenísimo. De los pocos sitios de la Villa donde tomar un buen culín
Un trato de perdornarte la vida por parte del camarero. incluso con sus parroquianos. Te va ORDENANDO en que punto de la barra debes estar segun necesite. Te ofende si pretendes pagarle con tarjeta, en la barra no hay nada que te avise al respecto.Aunque lo hubiera. Debe estar acostumbrado a que los demas, le perdonen sus miserias, seguro que el chico en el fondo es bueno. Miserable. En un sitio como Asturias Villaviciosa, tan formidable propongo: El dia de la fiesta de desembarco de CarlosV en Tazones, subir al mismo barco al miserable y que se pierda mar adentro. Si pide perdon, podria haber indulgencia. No todos vamos a ser tan amargaos
Para sidra desde luego que era el mejor sitio de villaviciosa. La comida mejorable pero bueno… El trato hacía nosotros últimamente ha sido vejatorio: definitivamente ya no le daremos más oportunidades . Intentamos ir a tomar unas botellas de sidra y cenar lo que él te diga, porque la carta : aunque la tiene no te la va a enseñar) y con un gesto desde dentro del local no nos dejó ni entrar. Será por sitios donde poder ir. Es una verdadera pena. Nada recomendable .
Quien te recibe te expulsa. Te riñe, ladra y es tan borde que has de irte a otro lugar. Antes esta sidrería tenía muchas sidras distintas y el personal te instruía amablemente sobre los matices entre ellas. Pero todo se acaba; ahora solo tienen una sidra y lo que recibes son ladridos.
Decidimos entrar porque el resto de sidrerías de los alrededores estaban llenas, pero con motivo había poquisima gente! El camarero, una persona seca y borde, de entrada nos pidió que nos situaramos en una zona concreta de la barra (desconozco la razón puesto que casi no había gente y no había zona acotada para camareros). Al pedir la carta no te la enseña, directamente te suelta una retahíla de platos (sin saber que precio tienen ni nada por el estilo). Lo más increíble fue cuando un grupillo de personas quiso acceder al local y les hizo un gesto con la mano para que no lo hicieran (tal vez consideraba que las 20 personas más o menos que podía haber dentro eran suficiente). En fin, no fue una visita demasiado agradable.